Alérgenos en hostelería: normativa, gestión y formación imprescindible

Gestionar alérgenos en hostelería no es una opción: es una responsabilidad.
Cada vez más personas tienen alergias o intolerancias alimentarias. Por eso, conocer la normativa, identificar los alérgenos más comunes y aplicar una correcta gestión en cocina y sala es esencial para garantizar una experiencia segura.

¿Qué dice la normativa sobre alérgenos en hostelería?

En España, el Reglamento (UE) nº 1169/2011 obliga a informar al consumidor sobre la presencia de 14 alérgenos alimentarios en los platos servidos, ya sea en carta, verbalmente o mediante otros medios accesibles.

Esto afecta a bares, restaurantes, comedores colectivos, servicios de catering, food trucks… Todos deben contar con información clara y actualizada sobre ingredientes que puedan provocar reacciones.

El incumplimiento puede suponer sanciones legales, pero más allá de eso, se trata de cuidar a las personas y generar confianza.

Los 14 alérgenos alimentarios más comunes

Entre los alérgenos que deben declararse obligatoriamente están:

  1. Gluten
  2. Crustáceos
  3. Huevos
  4. Pescado
  5. Cacahuetes
  6. Soja
  7. Leche
  8. Frutos de cáscara (nueces, almendras, avellanas…)
  9. Apio
  10. Mostaza
  11. Sésamo
  12. Sulfitos
  13. Altramuces
  14. Moluscos

Conocer estos ingredientes, cómo aparecen en las recetas y cómo evitar la contaminación cruzada es parte esencial de una gestión profesional.

La formación en alérgenos: clave para la seguridad y el servicio

Contar con formación en alérgenos para hostelería no solo mejora la seguridad alimentaria, también eleva la calidad del servicio. Saber responder con seguridad a un cliente que pregunta, tener un protocolo claro en cocina o saber actuar ante una reacción, demuestra profesionalidad y cuidado real. Además, es una exigencia cada vez más presente en procesos de selección, auditorías de calidad o certificaciones higiénico-sanitarias.

¿Cómo debe gestionarse correctamente un alérgeno en cocina?

Una buena gestión incluye:

  • Identificación clara de los ingredientes en cada receta.
  • Control de proveedores y etiquetado.
  • Limpieza adecuada de superficies y utensilios.
  • Separación de zonas de manipulación cuando sea necesario.
  • Formación continua del equipo.

No se trata de eliminar ingredientes, sino de saber comunicarlos y manipularlos correctamente.

Formarse en seguridad alimentaria también es avanzar profesionalmente

En Hi Campus Innova creemos que la formación también es una forma de cuidar. Por eso, en todos nuestros programas de hostelería y cocina damos importancia a la seguridad alimentaria, incluyendo la gestión de alérgenos como parte clave del aprendizaje.

Saber cocinar ya no es suficiente: hay que saber hacerlo con responsabilidad.

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